- Humedad. Coloque la maceta sobre un plato con agua y guijarros de forma que las raíces reciban la humedad sin que la base del recipiente permanezca mojada.
- Abono. Se suministra cada 15 días, diluido en el agua de riego. Utilice un producto especial para orquídeas o la mitad de la dosis si se trata de otro fertilizante.
- Trasplante. Se hace cada dos años y siempre en primavera. Cambie la planta a una maceta ligeramente mayor, los profesionales recomiendan las de plástico, y con un sustrato especial para orquídeas. Extraiga la planta con mucho cuidado, elimine las raíces muertas o dañadas e introdúzcala en el nuevo recipiente, ligeramente ladeada para que así los nuevos brotes ocupen el centro. Inmediatamente después del trasplante las raíces son más sensibles a la podredumbre, humedezca la tierra muy ligeramente.
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